Sensibilizada la Familia Real por los estragos de la viruela, había fallecido una hija de tres años y su hermano, el infante Gabriel, ante las noticias de epidemias de viruelas en Ultramar y existiendo ya un remedio, Carlos IV ordenó se pusiera en marcha una Expedición sanitaria para llevar el remedio a los territorios de Ultramar en América y Filipinas. Los promotores de la Expedición fueron el Consejo de Indias; la Junta de Cirujanos de Cámara con el apoyo del Real Protomedicato en América. La Expedición partió de A Coruña el 30 de noviembre de 1803, en la corbeta María Pita, pasando a Santa Cruz de Tenerife, Puerto Rico y Venezuela. Estaba formada por Francisco Xavier Balmis (Director), José Salvany (Subdirector), los Ayudantes, Antonio Gutiérrez Robredo y Manuel Julián Grajales, los Practicantes, Rafael Lozano y Francisco Pastor, los Enfermeros Basilio Bolaños, Pedro Ortega y Antonio Pastor y la Rectora de la Casa de Expósitos de A Coruña, que viajó en calidad de Enfermera, Isabel Zendal. Iban acompañados de 21 niños para trasladar la vacuna “brazo a brazo”. En Caracas la Expedición se subdividió en dos grupos, el encabezado por Balmis que puso rumbo a La Habana y México, desde allí con 26 niños vacuníferos mexicanos pasaron a las Islas Filipinas, Macao y Cantón. Durante su estancia en Cantón, Balmis recopila más de 300 dibujos de plantas y varios cajones de plantas de con la idea de plantarlas en el Real Jardín Botánico de Madrid, donde quedaron depositados los dibujos. Balmis regresa a España en 1806 tras pasar por la isla de Sta. Elena. El grupo dirigido por Salvany vacunó en Sudamérica (Virreinatos de Nueva Granada, de Perú y Río de la Plata). Entre 1810-1813 Balmis regresó a México para comprobar los progresos de la vacuna. La Real Expedición fue la primera campaña de vacunación internacional en la historia de la salud pública, siendo su logro más destacado la creación de las Juntas de Vacuna para establecer un seguimiento de las incidencias, calidad de las vacunas y continuidad.
En la vitrina destacamos el suplemento de la Gaceta de Madrid del 14 de octubre de 1806, editado en Inglaterra, que permitió difundir la Real Expedición por todas las cortes europeas y perpetuar el conocimiento de esta singular expedición durante el siglo XIX en Europa. La litografía de Francisco Pérez, realizada en 1846, que representa la Expedición partiendo de un puerto de América, una de sus imágenes más conocidas. El Tratado histórico y práctico de la vacuna de Moreau de la Sarthe, traducido por Xavier Balmis al español en 1803, alcanzando una amplia difusión por toda España y América Latina. También podemos contemplar un libro que recopila los dibujos traídos por Balmis de Cantón, depositados en el Real Jardín Botánico de Madrid.
Una parte esencial de la Expedición, en todos sus amplios recorridos, fueron los niños expósitos que transportaron la vacuna en sus brazos. Ilustramos su importancia con un grabado de Hogarth del “Hospital Foundling“, el Hospital de los Huérfanos, de Londres fundado en 1739.