Con el descubrimiento de la vacuna, surgen la oposición a este nuevo método, que a lo largo del siglo XIX dio origen a un amplio movimiento, fundamentalmente en países anglosajones. Los movimientos antivacunas, entendidos como principios orientados a disuadir de la vacunación, surgen en el mismo momento en que empieza a aplicarse la vacuna contra la viruela. Sin duda la caricatura que mejor ilustra esta oposición, es el grabado de 1802, de James Gillray “Los maravillosos efectos de la Nueva Inoculación", una parodia de un centro de vacunación. Si observamos detenidamente el grabado, a la izquierda vemos un grupo de trabajadores humildes que hacen cola para entrar. En el centro, una mujer sentada en un sillón, con cara de miedo. A su lado está el médico que sostiene el antebrazo de la mujer mientras le realiza la escarificación con una lanceta. A su lado se encuentra un niño deforme, que sostiene un cubo con la inscripción “vacuna caliente de vaca” y en la bolsa del saco un folleto con el título “Beneficios del método de la vacunación”. Alrededor de estos personajes se encuentran algunas personas ya vacunadas, que muestran los efectos secundarios de la vacuna: de diferentes partes de sus cuerpos y orificios naturales salen y brincan pequeñas vacas, a una mujer con una vaca que le sale de la boca, mientras en la parte posterior un hombre con cara de desesperación al ver los cuernos que le están creciendo en la frente. Junto a la puerta, un asistente con gesto despectivo, administra con un gran cucharón el contenido de un recipiente que está sobre una mesa, sobre la que pueden verse jeringas y botellas. En la pared hay un cuadro, que con sutil ironía muestra un ternero de oro y alrededor el pueblo arrodillado, adorándolo, estableciendo así una relación entre el episodio bíblico de la idolatría del becerro de oro y los defensores de la vacuna. Es decir, se acusa a los partidarios de la vacuna de estar adorando a un ídolo, a una falsa verdad, con cierta dosis de fanatismo.
Podemos ver otro aguafuerte original, de 1801, coloreado a mano, de Argaud Barges, en el que una vaca a la izquierda embiste a un burro vestido con traje académico, que muestra la polémica de los partidarios de la vacuna y la oposición de la universidad.
La Ley de Vacunación de 1853 convierte en obligatoria la vacuna en Inglaterra, lo que motivó una fuerte oposición, sobre todo en la clase trabajadora. La polémica fue el debate entre la libertad individual y los partidarios de la defensa de la salud pública, que defendían la vacunación obligatoria. Esta oposición se extiende por muchos países del mundo. En Canadá, una epidemia de viruela desencadenada en la ciudad de Montreal en 1885, ocasionó una fuerte oposición por parte de la población francófona, como podemos observar en el grabado. El grabado del periódico inglés Punch de 1898, mostraba su oposición contra la vacunación obligatoria contra la viruela, el "Triunfo de la desintegración de Jenner-Ation". Fueron varios los libros que se publicaron contra la vacuna, como el de Diego Ruiz “Vacunar es asesinar. Dejarse vacunar, suicidarse”, o el Boletín de la liga Latino Americana pro Libertad de Vacunación de 1915 editado en el Uruguay.