En 1958, el profesor Víktor Mijáilovich Zhdánov, Viceministro de Salud de la URSS, propuso en la Duodécima Asamblea Mundial de la Salud, emprender una iniciativa mundial para erradicar la viruela. La propuesta fue aceptada en 1959 y la Organización Mundial de la Salud aprobó el Plan para erradicar la viruela en el mundo. En la vitrina podemos ver el Memorándum elaborado por el Gobierno Inglés para la erradicación de la viruela, así como el elaborado por la OMS para la India. El camino hacia la erradicación se facilitó gracias a la vacuna liofilizada con mayor termoestabilidad, descubierta por Leslie H. Collier, (Instituto Lister de Londres), al uso de la aguja bifurcada y la pistola de vacuna de inyección de chorro hipodérmico, que facilitaba el procedimiento de aplicación, así como los avances en la implementación de la cadena del frío de las vacunas. En la vitrina podemos ver la pistola de inyección que permitía vacunar entre 600 y 1000 personas por hora. Un punto de inflexión fue la estrategia de “vacunación en anillo” ideada por William Foege director del Center for Disease Control (CDC), una estrategia para inhibir la propagación de una enfermedad mediante la vacunación de quienes tienen más probabilidades de infectarse. El último paciente que se contagió de modo natural fue el somalí Ali Maaow Maalin, quien contrajo la infección en 1977.
España sufrió el último brote epidémico de viruela, ocurrido en Madrid, entre el 14 de febrero y el 5 de marzo de 1961, a partir de dos casos importados de la India, que ocasionaron veinte casos de viruela. La revista el “Sábado Gráfico” de febrero de 1961, es un claro exponente del temor que levantó en la población de Madrid los casos de viruela importada de la India.
España mantuvo la obligatoriedad de la vacunación antivariólica hasta 1982.
Aunque su erradicación mundial se declaró oficialmente en diciembre de 1979, por parte de un Comité científico independiente, y fue ratificada en la 33ª Asamblea Mundial de la Salud de la OMS del 8 de mayo de 1980.